Nicanor Parra

Cartas a una desconocida

Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!

Cambios de nombre

A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre a algunas cosas.
Mi posición es ésta :
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas.
¿ Con qué razón el sol
Ha de seguir llamándose sol ?
¡ Pido que se llame Micifuz
El de las botas de cuarenta leguas !

¿ Mis zapatos parecen ataúdes ?
Sepan que desde hoy en adelante
Los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
Que los zapatos han cambiado de nombre :
Desde ahora se llaman ataúdes.
Bueno, la noche es larga
Todo poeta que se estime a sí mismo
Debe tener su propio diccionario
Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera :
Es es un problema personal.

Nicanor Parra

Nicanor Parra Sandoval (n. San Fabián de Alico, 5 de septiembre de 1914) es un antipoeta chileno. A Parra se le atribuye la antipoesía, una expresión literaria que rompe con los cánones tradicionales de la lírica. Una de sus obras más reconocidas es Poemas y Antipoemas, donde reemplaza una sintaxis cuidada y metafórica por un lenguaje cotidiano y directo. Nicanor Parra es miembro de la familia Parra, compuesta por reconocidos artistas populares en Chile, entre ellos Roberto, Violeta y Eduardo ("Lalo"). Poeta, cuentista y ensayista chileno nacido en San Fabián de Alico en 1914. Aunque perteneció a una sencilla familia campesina, heredó de sus padres una gran sensibilidad artística. Después de sus estudios básicos se recibió como profesor de Matemáticas en el Liceo de Chillán y en la Universidad de Chile, en 1938. Durante varios años estuvo radicado Estados Unidos e Inglaterra gracias a becas otorgadas por institutos privados, regresando a Chile en 1951. Desde 1937 incursionó en el cuento y el ensayo, manteniendo viva su vocación poética de tono evocativo y sentimental como se puede observar en «Cancionero sin nombre» de 1937. Con el paso de los años adoptó una línea que él mismo denominó "antipoesía", cuya muestra más sorprendente se observa en «Poemas y antipoemas» de 1954. En 1969 recibió el «Premio Nacional de Literatura» de Chile por «Obra gruesa». En 1991 fue galardonado por segunda vez en su país y obtuvo el «Premio Internacional Juan Rulfo». Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas.

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