Yevgueni Yevtushenko x3

Por si alguien quiere saber porque amo la poesía, pues digamos que aquí yace parte de la respuesta

...La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje
los objetos que duermen en la playa..."

José Hierro
(España, 1922 - 2002)


Lo que sigue ahora es parte de la obra de un poeta ruso que descubrí entre hojas secas y libros amarillentos, espero disfruten de su pluma.


¡La mitad no quiero de nada!

La mitad no quiero de nada!
¡Que sea mío el cielo todo!
¡La tierra toda, mía!
Mares y ríos, el torrente de la montaña,
¡míos! No los comparto.

No me seducirás, vida, con una parte.
¡Será todo o nada! ¡Yo podré con todo!
N o quiero ni la felicidad
ni el dolor a medias.

¡Quiero, sí, la mitad de la almohada
donde, pegado a tu mejilla,
como una pobre estrella fugaz,
fulgure el anillo de tu dedo...

(Esto va especialmente dedicado para ...)

Aún todas sus lágrimas

El sauce no ha llorado aún todas sus lágrimas.
A su sombra, en la orilla me quedé pensativo:
¿cómo hacer feliz a mi amada?
¿Es que acaso no pueda hacer más?

No le bastan los hijos, la abundancia,
lo poco que nos damos al cine, a los amigos.
Me necesita enteramente, sin reservas.
Mas, estoy hecho de sobras. Yo soy diamante en bruto.

Entregué mis hombros a las causas de nuestra época,
a toda su dura carga,
no dejé espacio a la ira de mi amada
y privé su llanto de mis brazos, de mi regazo.

Hoy, la amada ya no recibe flores de su hombre.
Arrugas, sí. Faenas domésticas.
El hombre engaña por placer,
la mujer traiciona por dolor.

¿Cómo puedo hacer feliz a mi amada?
¿Qué puedo ofrendarle esta noche
si la manzana que le da la vida
ya está rancia y agusanada?

¿Por qué a la bienamada se le ofende
tan sin razón como tan a menudo?
Cómo hacerla infeliz, todos sabemos.
De cómo hacerla feliz, no tenemos memoria.

El último intento
A Masha

El último intento de ser feliz
ciñéndome a todas tus curvas, todas tus sinuosidades,
a la blancura trémula y balbuceante
y a las bayas con el opio del saúco.

El último intento de ser feliz
como si mi fantasma, al filo del abismo,
quisiera saltar huyendo de todas las ofensas,
allá donde hace mucho estaba yo arruinado.

Allí sobre mis huesos rotos
se posa una libélula,
y las hormigas visitan tranquilamente
las cuencas de lo que ayer fueron mis ojos.

Ya me hice alma. Ya no estoy en mi cuerpo.
Escapé a mi prisión de huesos
pero me hastían los fantasmas
y otra vez me llaman los abismos.

Un fantasma enamorado ahuyenta más que un cadáver.
Pero tú no te asustaste sino que comprendiste
y juntos nos hemos arrojado como a un abismo
y el abismo desplegó unas blancas alas
que nos levantó sobre la niebla.

Y estamos tendidos juntos, no en la cama
sino en la niebla que apenas nos sostiene.
Soy un fantasma. Ya no se quiebra mi cuerpo
pero tú estás viva y temo por ti.

Otra vez revolotea el cuervo fúnebre
en espera de carne fresca, como en el campo de batalla.
El último intento de ser feliz.
El último intento de amar.

Yevgueni Yevtushenko


Yevgueni Yevtushenko:Poeta y novelista ruso nacido en Zuma, Siberia, en 1933. Desde los once años se radicó con su familia en Moscú, donde cursó estudios en el "Instituto Literario" hasta 1954.En sus primeros poemas, Los pioneros del porvenir 1952, La tercera nieve 1955 y Estación de Zuma 1956, mostró una marcada influencia de Maiakovski, para encontrar luego su estilo personal encaminado hacia la retórica y la crítica socio-política. Alcanzó la fama internacional en 1961, con su poema Baby Yar, donde denunció el exterminio de judíos y el antisemitismo de Rusia. Desde la década del setenta ha incursionado en otros campos de la cultura, con obras como la novela Siberia, tierra de bayas 1981, el guión cinematográfico Jardín de infancia 1984, y el documental No mueras antes de morir 1996. En 1987 fue designado miembro honorario de la Academia Americana de Artes y Ciencias.

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