Julia de Burgos

AMOR

Amor...
única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.

Aquí,
desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.

Entrecortando pasa el sendero de luz
que esperancé de sueño.

¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas,
volando en el espacio!

¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa,
cuando despierta el cuerpo!

¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...!
¡Multiplican en ecos!

Aquí, junto al continuo gravitar de la nada,
¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos!

Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma...
Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso.

Mis espigas no quieren germinar al futuro.
¡Oh el peso del ambiente!
¡Oh el peso del destierro!

¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.

ALBA DE MI SILENCIO

En ti me he silenciado...
El corazón del mundo
está en tus ojos, que se vuelan
mirándome.

No quiero levantarme de tu frente fecunda
en donde acuesto el sueño de seguirme en tu alma.

Casi me siento niña de amor que llega hasta los pájaros.
Me voy muriendo en mis años de angustia
para quedar en ti
como corola recién en brote al sol...

No hay una sola brisa que no sepa mi sombra
ni camino que no alargue mi canción hasta el cielo.

¡Canción silenciada de plenitud!
En ti me he silenciado...

La hora más sencilla para amarte es ésta
en que voy por la vida dolida del alba.


CANCIÓN DESNUDA

Despierta de caricias,
aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo.
Estremecido y tenue sigo andando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo...

!De mí se huyeron horas de voluntad robusta,
y humilde de razones, mi sensación dejaron.
Yo no supe de edades ni reflexiones yertas.
¡Yo fui la Vida, amado !
La vida que pasaba por el canto del ave
y la arteria del árbol.

Otras notas más suaves pude haber descorrido,
pero mi anhelo fértil no conocía de atajos:
me agarré a la hora loca,
y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.

Me solté a la pureza de un amor sin ropajes
que cargaba mi vida de lo irreal a lo humano,
y hube de verme toda en un grito de lágrimas,
¡en recuerdo de pájaros!

Yo no supe guardarme de invencibles corrientes
¡Yo fui la Vida, amado !
La vida que en ti mismo descarriaba su rumbo
para darse a mis brazos.

Julia de Burgos


Julia de Burgos (17 de febrero de 1914 - 6 de julio de 1953), nacida en Carolina, Puerto Rico ha sido considerada por muchos como la mejor poeta nacida en Puerto Rico y una de las mejores de toda Latinoamérica. Fue también partidaria de la independencia de Puerto Rico.
Burgos fue criada en una sección pobre de Carolina. Esto, sin embargo, no la privó de desarrollar su amor por la naturaleza y por su país. Fue afortunada al poder asistir a una escuela ya que fue la única entre 13 hermanos y hermanas que cursó estudios secundarios. Se graduó de la Universidad de Puerto Rico con un título en educación a los 19 años de edad. Se convirtió en maestra, pero su amor por la literatura la llevó a escribir poesía. Entre la gente que tuvo influencia sobre ella se encuentran Luis Llorens Torres, Clara Lair, Rafael Alberti, Alfonsina Storni y Pablo Neruda. Burgos publicó tres libros, los cuales contenían colecciones de poemas. Para sus dos primeros libros viajó por la isla promoviéndose y leyendo sus libros. Su tercer libro fue publicado póstumamente en 1954.
En 1939 Burgos y su esposo viajaron hacia Cuba y luego a Nueva York. Su matrimonio terminó allí y poco tiempo después ella regresó a Cuba. Luego Burgos regresó a Nueva York por su cuenta y a pesar de contar con muchos admiradores, cayó en una profunda depresión y recurrió al alcohol. Sumida en su alcoholismo, el 6 de julio de 1953 colapsó sobre una acera neoyorquina y murió de pulmonía en un hospital ubicado en Harlem, Nueva York a la edad de 39 años. Debido a que nadie reclamó su cuerpo y a que no llevaba ninguna identificación, la ciudad la enterró bajo el nombre de "N N".
Algunos de sus amigos fueron capaces de rastrearla y encontrar su tumba. Reclamaron su cuerpo y sus restos fueron enviados a Puerto Rico. Le dieron un entierro de héroe y se construyó un monumento en el lugar de su entierro, en la ciudad de Carolina. La ciudad de San Juan ha homenajeado su memoria nombrando escuelas y avenidas en su nombre. Existen también en San Juan la "Casa Protectora Julia de Burgos", la cual protege a mujeres sobrevivientes de violencia doméstica, y el Museo de Artes y Ciencias Julia de Burgos.
Paradójicamente la ciudad de Nueva York (que la vio morir y que la enterró en una tumba sin nombre ) la ha homenajeado también con un "Centro Latino Julia de Burgos" en Manhattan y un "Centro de Arte Julia de Burgos" en Harlem, cercano al lugar de su muerte.


Descubrí esta poetiza gracias a una de ustedes, que tuvo la gentileza de compartirlo conmigo y hoy lo comparto con ustedes...
(Gracias M.L.)

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